MOVILIDAD REDUCIDA: AYUDAS PARA CONSERVAR LA AUTONOMÍA

Mantener la independencia en una persona con movilidad reducida será uno de los mayores aportes a su bienestar. Para ello es necesario hacer algunas adaptaciones en la vivienda y tener algunos cuidados para mejorar sus posibilidades de movimiento.

En el caso del baño se debe adecuar para que sea cómodo y seguro y para que contribuya a la autonomía de la persona que tiene afectada su movilidad. Mantener una buena higiene y lograr que pueda hacerlo por sí misma es una importante contribución a su calidad de vida.

En zonas comunes como la sala de estar o la cocina, si hay buena movilidad de extremidades superiores, procurar que el paciente tenga a mano los objetos de uso más habitual e imprescindible.
En el dormitorio disponer de espacio suficiente en torno a la cama para que el paciente y/o sus cuidadores maniobren con facilidad y sin riesgos. Si la cama es muy baja, será necesario elevarla. Es importante colocar los interruptores de las luces y las lámparas cerca de la cama.

En el resto del hogar evitar que muebles u objeto que obstaculicen el paso si la persona con discapacidad utiliza andadores o sillas de ruedas. Mantener las zonas de tránsito libres de elementos ayudará a que pueda desplazarse y evitará caídas.