El calor agrava las enfermedades respiratorias

Nuestros pulmones son el único órgano interno que está en contacto con el ambiente externo y es por ello que las altas temperaturas pueden afectarlos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la temperatura óptima del ambiente para nuestra salud es entre 18 y 24°C. Cuando la marca del termómetro aumenta nuestro cuerpo trata de adaptarse para mantenernos en nuestra temperatura ideal que oscila entre 36 y 37°C. Para ello utiliza mecanismos como el sudor, el aumento de la respiración y de la frecuencia cardíaca.

A personas sanas el calor no les provocará problemas respiratorios, pero a quienes padecen alguna patología de este tipo sí puede afectarles, incrementando sus síntomas.

Las enfermedades pulmonares que más empeoran a causa del calor son el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Esto se produce porque, debido a las altas temperaturas, el cuerpo tiene un trabajo extra para conservar su equilibrio térmico.

Además, en esta época del año suele producirse un empeoramiento de la calidad del aire debido al aumento del ozono. Este gas, que cuando está en la estratósfera nos protege pero en la superficie terrestre nos perjudica, se forma cuando otros gases tóxicos, como los provenientes del tráfico y de las industrias, reaccionan con la radiación solar.

El ozono afecta al aparato respiratorio e irrita las mucosas.