Las enfermedades respiratorias crónicas, de las cuales una de las principales es el EPOC, se pueden prevenir. El humo del tabaco es un factor clave para el desarrollo y agravamiento de esta patología y de otras de su tipo. También influyen en esto la exposición a contaminantes del aire (tanto en el hogar como en el lugar de trabajo), factores genéticos y el padecer infecciones respiratorias.
La principal medida de prevención es evitar el humo del tabaco tanto sea como fumador activo o pasivo. Es necesario también no exponerse a agentes contaminantes del aire y prevenir las infecciones respiratorias.
Para esto último, las medidas a tomar son muy simples y el lavado de manos es la principal. Se estima que a través de nuestras manos se propaga el 80 por ciento de las enfermedades respiratorias infecciosas comunes, como los resfríos y la gripe.
Otras acciones preventivas son la correcta ventilación de los ambientes (principalmente en periodo invernal) y la higiene respiratoria que incluye el cubrirse la nariz y boca al toser o estornudar. Esto se puede hacer con el pliegue interno del codo o usando un pañuelo descartable que debemos desechar en el cesto de basura más cercano.
Es importante además tener al día el calendario de vacunación.