Se trata de un sistema de cuidado de pacientes en sus domicilios, con igual calidad que en el hospital, a cargo de un equipo multiprofesional e interdisciplinario que comprende cuidados de enfermería, terapia física, de lenguaje y ocupacional y servicios médicos.
Esta forma de tratamiento propicia la participación activa del paciente y su familia en el proceso de recuperación. Es una alternativa válida frente a la internación hospitalaria que ayuda a brindar una atención más completa del enfermo y su entorno.
La internación hospitalaria suele implicar mayor estrés tanto para el paciente como para la familia y es costosa para el sistema de salud.
Las personas que suelen recibir la indicación de internación domiciliaria son aquellas que se encuentran con cuidados paliativos o quienes enfrentan consecuencias de diferentes enfermedades como diabetes, enfermedades coronarias, respiratorias, ACV y cáncer.
Esta práctica busca mejorar la calidad de vida de los pacientes y su familia, brindarles mayor independencia y bienestar y evitar largas hospitalizaciones con los riesgos que esto implica.
